




El gran ministerio al que nos referimos es el de reconciliación. Para que haya la necesidad de reconciliación, debe haber un conflicto. En este caso el conflicto está dado entre Dios y el hombre, las razones, el hombre vive de espalda a Dios, que lo creó, no respetando algunos o ningunos de sus principios, se ha vuelto enemigo de Él. Esa separación, esa imposibilidad de comunión entre el hombre y Dios, ha movido al creador a propiciar esa reconciliación, que demanda un pago, el sacrificio de Cristo. Es decir, que esta posibilidad de restauración nace del corazón amoroso del creador, ¿por qué digo posibilidad de reconciliación? Porque la reconciliación es posible, solo si ponemos nuestra fe en Cristo, es decir, se necesita de una decisión, de tomar la opción por Cristo.
Ps. Pablo Hesain



