


Queridos hermanos, este año nos ha sorprendido con un gran desafío, la ampliación de las instalaciones de nuestro templo, tenemos una invitación divina a ser colaboradores de Dios, pensando en ello, quiero dejarles un pensamiento que los motive e impulse a ser parte. Aunque a simple vista, nos pueda resultar contradictorio que el amor pueda estar relacionado con la materia, sin embargo, las escrituras tienen mucho para decir sobre el tema.
El acto de amor más sublime del Padre hacia nosotros se materializó en muerte de nuestro Señor Jesucristo. Es decir, si corresponde la frase, el Padre materializó el amor hacia nosotros dándonos su hijo. (S. Juan 3:16)
El apóstol en su carta 1 Juan 3:18, nos aconseja: “hijitos no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” es un claro llamado a materializar el amor, en este caso específico hacia los hermanos, en los v 16-17 nos invita a poner la vida por los hermanos y que nuestros bienes nos sirvan como herramientas para concretizar el amor.
En 1 Crónicas 29:3 el rey David dice: “Además de esto, por cuanto tengo mi afecto en la casa de mi Dios…”
Cuando uno analiza la etimología de la palabra afecto, descubre que deriva del latín “affectus” el prefijo “ad” significa “hacia o en dirección a” y el verbo “faccere” hacer. “Es un hacer en dirección a”, es decir, el afecto no es tal sino se materializa.
Por eso David dice: voy a dar de mi tesoro personal “oro y plata”.
Estamos ante la gran oportunidad de demostrarle a Dios cuanto lo amamos, pasando de lo abstracto, conceptual, que no tiene forma tangible (que se pueda tocar) a lo concreto, lo tangible. Es decir, dele forma a ese amor que expresan sus palabras, transfórmese en un artesano que es capaz de poner en forma tangible, lo que hay en su corazón.
DEVOCIONAL - "MATERIALIZAR EL AMOR"

